La dependencia de un recién nacido de sus progenitores es evidente y real pues ellos son quienes le procuran todo lo que necesita para su supervivencia.
Pero, a medida que los meses van pasando, es necesario que se vayan incorporando medidas que eviten en el futuro que los momentos de separación provoquen en el niño una crisis.
Porque, sobre todo a causa del ritmo de vida actual, cada vez es más frecuente que los bebes tengan que ir a la guardería o quedarse con un cuidador o una cuidadora mientras sus padres van a trabajar. Es normal que los primeros días el niño llore y coja una rabieta, incluso que sufra alteraciones en la comida y a la hora de dormir.
Pero, si esos síntomas se prolongan y acentúan demasiado tiempo, entonces, será necesario recurrir a un terapeuta para que nos ayude a solucionar ese problema de dependencia. La ansiedad que provoca esa separación no puede ser persistente y hay que tomar medidas para que Lo más habitual es que se aplique una terapia cognitivo-conductual, tanto a los padres como a los niños.
Se trata de una técnica progresiva que consiste en ir enfrentando al menor a esas situaciones que le estresan y, a la vez dándole herramientas apropiadas para que él mismo pueda superarlas. Además, estos instrumentos de autocontrol le serán muy útiles para momentos posteriores en los que su grado de independencia aunque afronte experiencias más intensas. Como complemento, se aprenden técnicas de relajación que son verdaderamente interesante y que sirven para muchos otros momentos.
psicoterapia 